Basta de palabrería. Columna.
No hay partido político ni medio de comunicación que
no quiera estar presente en una manifestación contra la
violencia de género. No faltan
editoriales, declaraciones públicas ni ceños fruncidos. Y es lógico. ¿Qué
organización, qué líder no se sumaría en estos momentos a la repulsa unánime contra estos
crímenes dictados
por el desprecio a las
mujeres? Poco se habla, en cambio, de la educación que cimenta esta violencia,
y menos aún de esas actuaciones relacionadas con la infravaloración de la mujer
de la que tanto medios de comunicación como partidos son cómplices. Hay un
silencio asombroso sobre la desigualdad de los sueldos a
favor de los hombres. No se habla
porque los datos suelen ser secretos: en el mercado arbitrario de los autónomos
nunca llegarás a
enterarte de lo que gana tu compañero y de por qué la dirección de una empresa
entiende que la recompensa al trabajo de una mujer ha de ser menor.
Diría, y
espero que se me entienda, que es más fácil condenar la violencia que actuar a
diario para que las mujeres participen en el mundo social y laboral en igualdad
de condiciones. Y aquí entran estos mundos supuestamente más abiertos, el de la
cultura y el de
la comunicación. Mientras las mujeres no tengamos idénticas posibilidades de
mando, mientras nuestro trabajo no sea considerado como el de nuestros colegas,
mientras se requiera nuestra voz en un foro sólo para compensar la abrumadora
presencia masculina, no
podemos hablar de compromiso real con la igualdad.
Desde aquí
me dirijo a los que deciden los sueldos y los puestos: basta de palabrería, adquieran ustedes
compromisos reales. No tenemos menos lectores, ni menos telespectadores, ni
menos público. Estamos educadas, eso sí, para darnos menos importancia.
Resumen
Aunque los
partidos políticos y los medios de comunicación se manifiestan en contra de la
violencia de género, no se comprometen a abordar los asuntos que la provocan
como la educación o la infravaloración social y salarial de la mujer, por lo
que no puede hablarse de igualdad si no se adquieren compromisos reales para
conseguirla ni se publican los casos de desigualdad.
Tema
Falta de compromiso real de las instituciones para lograr
la igualdad de género.
Organización
de las ideas
Texto periodístico de opinión, en concreto una
columna, firmada por la escritora Elvira Lindo para el diario El País. En su
estructura externa se observan tres párrafos de desigual extensión. El
contenido se organiza de la siguiente forma: una introducción con el tema de
actualidad del que se parte para hacer una reflexión, una serie de argumentos
que desembocan en una tesis al final del segundo párrafo, y una conclusión en
el tercer párrafo que también le sirve a la autora para hacer una petición a
los responsables políticos y sociales, por lo que puede hablarse de una
estructura sintetizante-inductiva. De forma más explícita:
·
Introducción al tema de actualidad
para la posterior reflexión: hipocresía de los partidos políticos y medios de
comunicación que no abordan las verdaderas causas de la violencia de género.
·
Argumentos de justicia o moral (lo
ético debe prevalecer sobre lo injusto o inmoral):
o
Falta de
información sobre la educación que provoca la violencia.
o
Infravaloración
social y salarial de la mujer.
o
Desconocimiento
de las razones por las que los empresarios autónomos pagan menos a las mujeres
que a los hombres.
o
Falta
de compromiso real de las instituciones para lograr la igualdad de género.
o
Falta
de oportunidades para alcanzar puestos de mando.
o
Valoración
superior del trabajo del hombre que el de la mujer.
o
Forzada
paridad en cualquier foro que oculta la desigualdad.
·
Tesis: falta de compromiso real de las
instituciones con la igualdad de género.
·
Conclusión: exigencia de responsabilidad a los deben
resolver gran parte del problema.
o
Demostración
por hechos de la igualdad entre hombres y mujeres.
o
Falta de una
completa autoestima en la educación de la mujer.
·
Justificación de la estructura:
Como
texto expositivo-argumentativo que es muestra una de sus habituales estructuras
internas. En este caso, es sintetizante-inductiva puesto que después de
presentar el enlace con el tema de actualidad en la introducción, la autora
emplea unos argumentos basados en lo ético que le servirán para defender la
tesis que se encuentra al final del segundo párrafo: el problema de la
violencia de género no se resuelve por falta de compromiso real con la
igualdad. La tesis se enriquece, por lo tanto, con esos argumentos. El texto
concluye con una llamada de atención a los responsables de solucionar gran
parte del problema.
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