miércoles, 6 de enero de 2016

EJEMPLO DE COMENTARIO CRÍTICO PARA 1º DE BACHILLERATO.


Sir John Everett Millais.

Comentario crítico de las coplas VIII y IX
de las Coplas a la muerte de su padre
VIII
  Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
  y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos 5
  las perdemos.
  Dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
  que acaeçen,
dellas, por su calidad, 10
en los más altos estados
  desfallescen.
                    IX
  Dezidme: La hermosura,
la gentil frescura y tez
  de la cara, 15
la color e la blancura,
cuando viene la vejez,
  ¿cuál se para?
  Las mañas e ligereza
e la fuerça corporal 20
  de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
  de senectud.
Organización de las ideas
Texto compuesto por dos coplas manriqueñas de pie quebrado formada por doce versos de rima consonante cada una. Su coherencia se muestra en una estructura interna que organiza el contenido en dos partes: la primera, de tema más general, abstracto y filosófico, y la segunda, que ejemplifica de modo más concreto. De forma más explícita:
Primera parte (vv. 1-12): Inconsistencia de los bienes materiales:
·         Corta duración de esos bienes.
·         Transformación de todo por el paso del tiempo.
·         Cambios debidos a acontecimientos inesperados.
·         Pérdida de la riqueza y poder de los altos estamentos.
Segunda parte (vv. 13-24): Pérdida de la belleza y fuerza corporal:
·         La vejez como destino de la belleza física del rostro.
·         La torpeza y lentitud como fin de la agilidad y fuerza de la juventud.
Resumen
La voz poética reflexiona sobre la vanidad de las cosas del mundo y sobre la fragilidad de todo lo conseguido por el hombre y se fija en la belleza y lozanía de la juventud y los contrasta con la decrepitud de la vejez para mostrar los efectos del paso del tiempo.
Tema
Inconsistencia de los bienes materiales debido al paso del tiempo.
Comentario crítico del contenido
Estas coplas pertenecen a una composición lírica de carácter elegíaco, Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. En ella el poeta expresa su parecer sobre la inconsistencia y poco valor de las cosas de este mundo, con un tono exhortativo y moralizador. Manrique elige la segunda y primera personas del plural porque así comparte la reflexión con el lector de forma más directa y ese recurso también contribuye a acentuar su universalidad y atemporalidad. Las funciones del lenguaje que destacan son la apelativa, referencial y la expresiva.
Como dijimos al comienzo, el poeta parte de una reflexión general para centrarse en la copla IX en algo más concreto: el paso de la juventud a la vejez. En la copla VIII Manrique habla de los aspectos que arrastrarían la ambición de un hombre del siglo XV perteneciente a su clase social. No nombra nada en concreto, simplemente se refiere a las cosas tras que andamos y corremos, pero en la segunda sextilla aclara que son causantes de esa pérdida: la edad, o sea, el paso del tiempo; los casos desdichados, inesperados, que accidentalmente pueden suceder, y se fija, al final, en los más altos estados desfallecen” que alude a la caída de los privados tras la muerte de don Álvaro de Luna. El paso del tiempo todo lo trastoca y cambia, pero no a todos los estamentos preocuparía por igual. Si su familia tuvo  la fortuna de no cambiar de situación, otros nobles de la época, por el contrario, sufrieron las consecuencias de las interminables guerras y cayeron en desgracia.
Manrique se mueve en la contradicción de un siglo que sirve de llave entre la concepción religiosa de la Edad Media y las ideas humanistas del Renacimiento. Y eso se aprecia de alguna forma en los versos 4 a 6 en los que el poeta deja entrever la desolación que le produce tener que dejar esta vida y todo lo que en ella ha logrado, por eso llama al mundo traidor, aunque sea un tópico, y dice aun primero que muramos las perdemos, que demuestran que su fe cristiana es vulnerable en ese aspecto, pues seguramente al pueblo llano que aparece en las Coplas de Mingo Revulgo, La Panadera o El Provincial lo que más le preocuparía a la hora de morir sería abandonar a sus seres queridos, pues apenas disfrutaban de posesiones ni sabían del juego político, pero que tenían que sufrir los abusos de hombres de la clase de Manrique. Es decir, Manrique se obstina en defender la vida eterna como única perdurable y valiosa y describe las consecuencias del paso del tiempo, pero no concibe una vida sin posesiones y sin poder; contradicción de los que tradicionalmente han querido ocultar las prerrogativas de su alto status con argumentos religiosos y morales.
A continuación, en la copla IX se fija en ejemplos de la pérdida de la belleza juvenil: en los primeros cuatro versos se recrea en el ideal de belleza femenina de la época, y en los siguientes en la prestancia del varón, para contrastarlos con la fealdad de la vejez; en el hombre, no obstante, destaca más su actividad y en la mujer su pasividad, su belleza como objeto digno de ser admirado. Pero el tratamiento que recibe la muerte es similar al de la vejez: el poeta no se recrea en descripciones macabras o desagradables tan abundantes en su tiempo, sino que la nombra casi como una abstracción, porque su intención es moral. La vejez y la muerte alcanzan a todo el mundo y todos debemos aprender la lección del paso del tiempo; sin embargo, esa reflexión no parece ejercer en él el efecto perseguido, pues Jorge Manrique siguió luchando por mantener su poder en la sociedad de la época y no le importó participar en la guerra civil desatada contra los adversarios de Isabel I, batalla en la que perdió la vida. Puede deducirse pues, que, por encima de todo, a la nobleza de la época le atemorizaba perder los privilegios.
En resumidas cuentas, estas dos coplas han sabido adecuar a la perfección el contenido con la forma, y nos han facilitado la comprensión de la mentalidad nobiliaria de la época, característica del fin del feudalismo, y la visión contradictoria entre la concepción religiosa medieval y la más humanista, que señalan la oscilación entre los viejos y los nuevos tiempos.






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