Detalle del Guernica de Pablo Picasso.
Comentario de la escena undécima.
Luces
de bohemia.
LA MADRE DEL NIÑO: ¡Negros fusiles, matadme también con vuestros plomos!
MAX: Esa voz me traspasa.
LA MADRE DEL NIÑO: ¡Que tan fría, boca de nardo!
MAX: ¡Jamás oí voz con esa cólera trágica!
DON LATINO: Hay mucho de teatro.
MAX: ¡Imbécil!
EL EMPEÑISTA: ¿Qué ha sido, sereno?
EL SERENO: Un preso que ha intentado fugarse.
MAX: Latino, ya no puedo gritar... ¡Me muero de rabia!... Estoy mascando ortigas. Ese muerto sabía su fin... No le asustaba, pero temía el tormento... La Leyenda Negra, en estos días menguados, es la Historia de España. Nuestra vida es un círculo dantesco. Rabia y vergüenza. Me muero de hambre, satisfecho de no haber llevado una triste velilla en la trágica mojiganga. ¿Has oído los comentarios de esa gente, viejo canalla? Tú eres como ellos. Peor que ellos, porque no tienes una peseta y propagas la mala literatura, por entregas. Latino, vil corredor de aventuras insulsas, llévame al Viaducto. Te invito a regenerarte con un vuelo.
DON LATINO: ¡Max, no te pongas estupendo!
Organización de las ideas
Fragmento de la obra
de teatro, Luces de bohemia de
Valle-Inclán. Se trata de un texto dialogado en prosa, perteneciente al género
dramático, que formalmente se divide en diez intervenciones de distintos
personajes y dos acotaciones de tono descriptivo. Su estructura interna puede
dividirse en dos partes que se corresponden con dos momentos dramáticos
diferentes aunque relacionados entre sí: la primera, en la que se presenta la
tragedia sobre la que gira la escena, y la segunda en la que el protagonismo es
ocupado por la reacción y pensamiento de Max Estrella. Sus ideas se organizan, pues, del modo
siguiente:
Primera parte:
Primera acotación:
·
Miedo de la gente tras una ráfaga de disparos que
mata a un niño.
Intervención de tres personajes: reacciones ante la
muerte de un niño.
·
Desesperación de una madre a la que le han matado el
hijo.
·
Contraste entre la compasión de Max Estrella y la
insensibilidad de don Latino.
Segunda parte:
Segunda acotación:
·
Descripción esperpéntica de la aparición del sereno.
Intervención de cuatro personajes: formas contrapuestas
de entender la misma realidad.
·
Impotencia de
Max ante la injusticia de la España de la época que le lleva a desear la muerte.
·
Indiferencia de don Latino.
Resumen
Max
Estrella reacciona con compasión y sensibilidad ante la trágica muerte de un
niño y el dolor de su madre tras las revueltas callejeras, mientras que Latino
responde con cinismo. Al primero le invade la impotencia pero se siente
orgulloso de no haber participado en un sistema tan injusto y propone a su
cobarde acompañante la muerte de ambos como redención.
Tema
Crítica a la situación sociopolítica y moral de la España
de la época.
Comentario
crítico del contenido
Fragmento de la escena undécima de la obra Luces de bohemia, de Valle-Inclán, el dramaturgo más innovador de la Generación
del 98. Es
un texto dialogado en el que destaca la presencia del emisor y del receptor que
continuamente se intercambian sus funciones. Predomina un uso del registro
formal en la intervención de Max Estrella con un empleo del nivel culto de la
lengua, salpicado de expresiones coloquiales. Las funciones del lenguaje que sobresalen
son la expresiva, la apelativa y la fática.
Se trata de uno de los
fragmentos más famosos de la obra. Desde el inicio llama la atención la
reacción de Max, porque si al comienzo
de la obra no le hacía falta ver para comprender lo que sucedía a su alrededor,
ahora con solo escuchar la voz trágica de la mujer y los disparos de los
fusiles, es consciente de la gravedad y de la locura de lo acontecido. Comprende
que los más desfavorecidos también son los menos protegidos por el Estado. Por
el contrario, la indiferencia, la frialdad y cinismo de don Latino, ejemplifican
una conducta tan opuesta a la del amigo, que bien podría decirse que son las
dos caras de la España del momento, la que Machado tan atinadamente describió
en su poema El mañana efímero. Asimismo, en ese drástico contraste de
caracteres es donde luce más el esperpento, por eso Valle elige a una madre
desvalida que accidentalmente se encontraba en el lugar de los hechos porque,
como afirma en otra parte de la obra, no hubo toque de queda. Si ante la muerte
de un niño don Latino reacciona sin empatía, alejándose de cualquier
sentimiento de compasión, Max se desploma. En el comportamiento de frialdad
exagerada de don Latino, Valle aplica la técnica del distanciamiento, que es
una forma de expresar la deshumanización de la vida contemporánea, y que
ejemplifica una de los procedimientos más eficaces del esperpento.
La crítica no se dirige solo a
don Latino, sino también a los que estaban acomodados en su clase, en su
tranquilidad burguesa, y no tenían conciencia de la situación, no se sentían
implicados en los problemas provocados por las desigualdades sociales. Sin
embargo, los que habían decidido no participar en ese orden de cosas, como el
protagonista, Me muero de hambre,
satisfecho de no haber llevado una triste velilla en la trágica mojiganga, se
sienten orgullosos de no tener que deberle nada a ese sistema que tan mal trata
a los que menos tienen. Max no es un obrero, tiene una gran formación cultural,
pero en la peregrinación de ese día en el que ha podido convivir unas pocas
horas con uno de los pocos personajes que Valle no ha convertido en fantoche,
el obrero catalán, se siente como uno de ellos; en esas circunstancias para él
no hay diferencias de clase, sino ausencia o presencia de conciencia, de
humanidad, de vergüenza. Don Latino es
tan pobre como cualquiera de los manifestantes, sin embargo, su cobardía e
insensibilidad lo apartan de ellos.
La escena es un reflejo de la
situación social y política del momento. No puede olvidarse que, comparada con
otros países europeos, España tenía un gran atraso económico, político, social
y cultural. Por otra parte, el gobierno del conservador Maura no supo contentar
las aspiraciones de la clase obrera e incluso redactó la Ley del Terrorismo
contra los movimientos obreros, como puede apreciarse en esta escena.
Max menciona la reaparición de
la Leyenda Negra española como un
símbolo de la impunidad con que actúa el poder contra los que no tienen nada.
No puede considerarse civilizado un país que impone su autoridad a base de
fuerza, nos viene a decir el autor entre otras cosas, entendiéndose entonces la
famosa sentencia España es una
deformación grotesca de la civilización europea. En su desesperación, no se
le ocurre nada mejor que intentar suicidarse en el viaducto, pero él ya se
siente regenerado, mientras que le asquea la actitud del que dice llamarse su
amigo. Derrotismo y pesimismo que también se aprecian en el personaje de Andrés
Hurtado de El árbol de la ciencia.
En definitiva, fragmento
indispensable para comprender la altura estética del esperpento y para apreciar
el cambio operado en la evolución personal de Valle, pues del individualismo
estetizante de las primeras obras, pasa a una concepción nueva del arte
provocada, en parte, por su conciencia de los males sociales de la España del
momento.