Miguel Ángel Buonarroti, Expulsión del paraíso. Capilla Sixtina.
- Pues al tenerle a Adán delante, le dijo: Puedes comer todos los frutos del jardín; pero cuidado con el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que tú comas su fruto morirás de muerte. Y Dios, seguramente, añadió: Comed del árbol de la vida, sed bestias, sed cerdos, sed egoístas, revolcaos por el suelo alegremente; pero no comáis del árbol de la ciencia, porque ese fruto agrio os dará una tendencia a mejorar que os destruirá. ¿No es un consejo admirable?
- Sí, es un consejo digno de un accionista del Banco -repuso Andrés.
Pío Baroja, El árbol de la ciencia. Cuarta parte, Inquisiciones. (Capítulo III, El árbol de la ciencia y el árbol de la vida.)
Madrid, 2014 (27ª edición). Editorial, Cátedra. Colección, Letras Hispánicas. (Página, 167)
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