lunes, 4 de abril de 2016

COMENTARIO DE UN POEMA DE ALBERTI.


LO QUE DEJÉ POR TI

                                               Dejé por ti mis bosques, mi perdida
                                               arboleda, mis perros desvelados,
                                               mis capitales años desterrados
                                               hasta casi el invierno de la vida.

                                               Dejé un temblor, dejé una sacudida,
                                               un resplandor de fuegos no apagados,
                                               dejé mi sombra en los desesperados
                                               ojos sangrantes de la despedida.

                                               Dejé palomas tristes junto a un río,
                                               caballos sobre el sol de las arenas,
                                               dejé de oler la mar, dejé de verte.

                                               Dejé por ti todo lo que era mío.
                                               Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
                                               tanto como dejé para tenerte.

                                                           Rafael ALBERTI, Roma, peligro para caminantes (1968)


Organización de las ideas

            Poema de Rafael Alberti, en concreto un soneto, publicado en el exilio. En su estructura externa se observa la composición estrófica típica del soneto: dos cuartetos y dos tercetos. En la interna, el contenido se divide en dos partes: por un lado, los dos cuartetos y el primer terceto (vs. 1-11), donde el poeta expresa la nostalgia y el dolor de todo lo abandonado en su país; y, por otro, el terceto final (vs. 12-14), que sirve de síntesis a lo expresado anteriormente e introduce una invocación a Roma. En dichas partes, las ideas se organizan del siguiente modo:
·         Primera parte (vv. 1-11): Repaso de lo que abandonó al partir:
o   Abandono de su trayectoria vital antes del exilio.
o   Recuerdo de la guerra y del dolor al marcharse.
o   Pérdida de la esperanza y de lo que más le unía a su país.
·         Segunda parte (vv. 12-14): Apóstrofe a Roma para que lo acoja.



Tema

            Petición de acogida a Roma para continuar su exilio.

Resumen

            Tras haber dejado atrás todo lo vivido en la patria, a causa de la guerra, y de haber tenido que marchar al exilio donde ha alcanzado ya su madurez, Alberti solicita asilo a Roma para que lo acoja en esta última etapa de su vida.

Comentario crítico

            Este soneto del poeta Rafael Alberti pertenece a su obra Roma, peligro para caminantes (1968), que recoge los poemas escritos desde la llegada del escritor de la generación del 27 a la ciudad eterna para continuar su exilio después de una primera etapa en Argentina. Este poema es, como muchos de los escritos desde que el poeta portuense hubo de exiliarse, claro ejemplo de la añoranza por todo lo perdido a causa la guerra y expresión esperanzada de que, tal como señalamos en el tema anteriormente, Roma lo acoja propicia. El tono es desalentado al principio y esperanzado al final. Utiliza un registro formal y las funciones del lenguaje que destacan son la expresiva y la poética.

            En primer lugar, tenemos que hacer referencia al escueto y a la vez completo recorrido que Rafael Alberti hace de su trayectoria vital: desde su infancia y juventud en El Puerto de Santa María (mi perdida arboleda), hasta los últimos años vividos en el exilio que han consumido su madurez (capitales años desterrados / hasta casi el invierno de la vida). Pero es la segunda estrofa la que de forma más clara nos sitúa ante la traumática experiencia personal  de la guerra y el exilio que, en aquel período histórico de nuestra reciente historia, el poeta gaditano compartió con tantos miles de compatriotas que debieron abandonar España con escasísimas -por no decir nulas- esperanzas de regresar a ella. Recordemos que sólo Jorge Guillén y él regresaron del exilio y que Cernuda, aunque también evocó su vida pasada en este país, no estaba interesado en volver, como lo expresó en su poema Peregrino: Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas, /Sino seguir libre adelante. 
            Este poema nos permite, por tanto, enfocar su análisis desde una doble perspectiva: una particular, la del exilio español tras la guerra civil personificada en Alberti; y otra general, la del drama de los seres humanos que a lo largo de la historia han tenido que abandonar sus países de origen y afrontar tremendas calamidades y sinsabores. Actualmente, a causa de muchos conflictos en distintos lugares del mundo, millones de personas sufren el drama del exilio y, lo que es peor, el rechazo de instituciones y gobiernos que no atienden a los más elementales principios de humanidad y solidaridad, ni a los acuerdos internacionales vigentes. Alberti, como otros intelectuales y artistas de su generación, tras las primeras vicisitudes del destierro encontró acomodo en Hispanoamérica y allí siguió desarrollando su obra en mejores circunstancias que otros compatriotas anónimos que no gozaban de su reconocimiento artístico e intelectual. Eso sí, compartiendo con ellos la añoranza de la patria perdida y la frustración de no poder regresar algún día dadas las circunstancias políticas españolas; pues, si bien las penurias materiales del autor fueron menos, las emocionales se mantuvieron intactas durante sus treinta y siete años de destierro.

            No podemos tampoco dejar de comentar la referencia al mar (la mar) de la tercera estrofa, referente capital en la obra de Alberti desde sus inicios, transformada ahora en símbolo capital de la patria perdida y, por ello, no es extraño que después de insistir sobre todo lo que por el exilio el poeta ha perdido, sea precisamente el mar perdido (su olor, su color) el que cierre este inventario de abandonos.

            En conclusión, este poema escrito en los inicios del exilio romano de Alberti es claro ejemplo para ilustrar la temática de buena parte de la producción del portuense y de muchos de los poetas que abandonaron España tras la guerra civil: el recuerdo nostálgico de la patria, el trauma de la guerra y el exilio, y el sentimiento de pérdida vital del expatriado. Pero lo es también del drama atemporal de los refugiados que vagan por el mundo esperando ser acogidos como él cuando pidió asilo a Roma.


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